sábado, 9 de mayo de 2020

BÚSCANDO CON UN FAROL

Todos estos días encerrado son un momento ideal para meditar en todo lo que uno lleva observado con detenimiento sobre el deambular del mundillo pseudo artístico. Si miras con detenimiento, encuentras un rosario de perlas que entretienen, divierten, educan, enamoran, llenan el alma y, por qué no, a veces llegan hasta a cabrear a quién se lo toma como si la vida les fuera en ello.

Me llama poderosamente la atención que hay quienes hacen de su virtud una constante actitud de reproche y disgusto por todo, ante todo y con todos. La verdad que vivir así tiene que ser un martirio auto afligido que no se lo deseo ni a mi mayor enemigo, que los hay. Cierto es que, como en todo colectivo, hay hijos con la leche de cada madre que para qué y que los intereses, muchas veces espurios, y las grandes dosis de compadreo y lametraseros, atenazan el buen hacer de muchas personas avezadas, humildes y concienzudas y premian el de impúberes artísticos, el del amiguete de turno o del recién llegado que va de ‘yo toda la vida’ y obras 'penoso afán' digerirlas aún de supuestos 'maestros'.

Es lo que hay y por más pataletas que se den no va a cambiar el statu quo porque es lo que toda la vida ha sido y seguirá siendo. Lo fue en el mundo clásico, cicutas aparte (use discernimiento el lector); lo fue en épocas de oro, con narices pegadas a hombres; lo fue en épocas politizadas a unos niveles inauditos, asesinatos con nocturnidad en mitad de carreteras por ejemplo.
En fin que esto de querer que algo cambie me sabe arto dificultoso y penoso afán.

Entonces, ¿por qué no tomárselo uno un poco más a chufla y con mayor alturas de miras?
Que no somos más que un suspiro dentro de la eternidad y no valemos más que lo que quiera pagar una funeraria en el fatuo día.
Mientras tanto a pasarlo bien, escribir, pintar, esculpir, recitar, cantar y tocar como se pueda, como se quiera y tomar un vino con quien se tercie también.
La vida es un tango así que aprende a bailarlo si no quieres quedarte sentado. José Francisco Romero

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