viernes, 5 de junio de 2020



No hay que apagar la luz del otro... (Gandhi)


Cada luz que se enciende ayuda al resto a resplandecer más, sobre todo en medio de la oscuridad tan lúgubre que se cierne sobre nuestras cabezas en esta sociedad tan falta de sentido común, discernimiento, iluminación y tan llena de enemigos del brillo del otro por arriba y por abajo.

Por eso, ilumina a quien te rodea; gente que se dedica a quitar la de los demás por envidia, egotismo y engreimiento ya hay de sobra.

Sé magnánimo y da tu luz al mundo. 



sábado, 23 de mayo de 2020

POR DECIRTE ALGO...

'Si mi abuelo levantara la cabeza'.

Detrás de cualquier persona sea artista o no, hay preferencias, gustos, sueños, añoranzas, frustraciones, deseo..., vamos, los mismos sentimientos que cualquier hijo de vecino, acaso un poco más.

Sin embargo, soy de los que defiendo que la grandeza del ser humano está en el respeto a esos sentimientos en el otro guste más o menos.

Esa es siempre mi actitud, aunque demasiadas veces uno lee por aquí cada cosa que pasa de la opinión al insulto chabacano y barato y que por mi forma de ser o por mi educación o, vete tu a saber, nunca entro a valorar.

Aún a riesgo de desdecirme, esta noche me vais a permitir que os deje estas palabras de un autor que admiro y que tengo bastante leído, por cierto, Miguel de Unamuno, escritor que merece la pena... leerlo y viajarlo un poquito más por lo que todos estamos viendo con cierta perplejidad aunque ya sabedor de causa.

Los calificativos que usaría al respecto, permitidme que me los reserve por ser coherente con lo que acabo de expresaros. 

miércoles, 20 de mayo de 2020


¿Qué es lo 'correcto'?

¿Un 'decálogo' de intenciones de aquel/la que sesudamente un buen día se levantó con el ánimo de arreglarle la vida a los vecinos de este crucero llamado tierra?

Después de vagar y penar por multitud de escenarios, con los años pienso, a riesgo de equivocarme (aunque espero que poco a estas alturas), que lo 'correcto' no es otra cosa que aquello que te aporta felicidad, lo que te hace feliz.

La mayoría de normas no escritas y muchas también de las escritas son arbitrarias, el mecanismo por el que quien o quienes las hicieron buscaron el mismo fin: ser feliz a costa de lo que fuere. ¿Por que no valen las mías, las tuyas también, si consiguen el mismo fin, sin perjudicar a otros?

Aunque este es un debate para una buena sobremesa, como poco, hay que tener claras las ideas y busca aquello que te lleve a tu puerto, tu felicidad.
Por eso, quien no te respete y sus planeamientos sean poco alentadores o críticos con lo que hacen otros...
¡que navegue por otros mares!

martes, 19 de mayo de 2020

POR DECIRTE ALGO...

Nunca viene mal recordar que, te creas lo que te creas, en el fondo no somos nada, y lo que tenemos mañana podría desaparecer. Precisamente este tiempo que estamos viviendo se ha encargado de hacérnoslo notar sobremanera.

Siempre me ha llamado poderosamente la atención que quien menos tiene, en todos los aspectos de la vida, suele ser más generoso que los que nadan en la opulencia. (Lucas 21:8)

Compartir es amar a los demás; amar es compartir con quien no tuvo tu suerte y no sólo lo material, también lo intelectual, lo sentimental, lo que esté en tu mano.

©️ José Francisco Romero


lunes, 18 de mayo de 2020


QUE NO PIENSEN POR TÍ. 


(Una reflexión sobre el pensamiento de Herman Hesse: ‘No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente, porque creen que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su mundo interior manifestarse’)

 

Cuídate del modelo de esta sociedad: "Atiborrad de información de cualquier tipo y ética, todas para que crean que están pensando" argumentan.

No temas no saberlo o querer conocerlo todo, ni creerte todo lo que te cuentan en cualquier asunto, ni las imposiciones que nos esclavizan y en las que todos caemos en algún momento.
Este móvil, aquel pantalón, esta casa, ese coche, esta película, esta religión, este credo, este político o aquel partido, aquel/la escritor/a o esta o aquella moral.
Todos, y digo bien, todos buscan lo mismo: pensar por ti.

Huye de consumir por consumir y del pensamiento equivocado de que ‘el que no lo logra o no lo tiene todo es un fracasado’.
Es justo lo contrario lo que te hace humano y te ayuda a pensar y ser tú mismo.

 

sábado, 9 de mayo de 2020

BÚSCANDO CON UN FAROL

Todos estos días encerrado son un momento ideal para meditar en todo lo que uno lleva observado con detenimiento sobre el deambular del mundillo pseudo artístico. Si miras con detenimiento, encuentras un rosario de perlas que entretienen, divierten, educan, enamoran, llenan el alma y, por qué no, a veces llegan hasta a cabrear a quién se lo toma como si la vida les fuera en ello.

Me llama poderosamente la atención que hay quienes hacen de su virtud una constante actitud de reproche y disgusto por todo, ante todo y con todos. La verdad que vivir así tiene que ser un martirio auto afligido que no se lo deseo ni a mi mayor enemigo, que los hay. Cierto es que, como en todo colectivo, hay hijos con la leche de cada madre que para qué y que los intereses, muchas veces espurios, y las grandes dosis de compadreo y lametraseros, atenazan el buen hacer de muchas personas avezadas, humildes y concienzudas y premian el de impúberes artísticos, el del amiguete de turno o del recién llegado que va de ‘yo toda la vida’ y obras 'penoso afán' digerirlas aún de supuestos 'maestros'.

Es lo que hay y por más pataletas que se den no va a cambiar el statu quo porque es lo que toda la vida ha sido y seguirá siendo. Lo fue en el mundo clásico, cicutas aparte (use discernimiento el lector); lo fue en épocas de oro, con narices pegadas a hombres; lo fue en épocas politizadas a unos niveles inauditos, asesinatos con nocturnidad en mitad de carreteras por ejemplo.
En fin que esto de querer que algo cambie me sabe arto dificultoso y penoso afán.

Entonces, ¿por qué no tomárselo uno un poco más a chufla y con mayor alturas de miras?
Que no somos más que un suspiro dentro de la eternidad y no valemos más que lo que quiera pagar una funeraria en el fatuo día.
Mientras tanto a pasarlo bien, escribir, pintar, esculpir, recitar, cantar y tocar como se pueda, como se quiera y tomar un vino con quien se tercie también.
La vida es un tango así que aprende a bailarlo si no quieres quedarte sentado. José Francisco Romero

miércoles, 22 de abril de 2020

INALCANZABLE

           No es extraño que haya música en el aire que sentimos, mientras vamos escribiendo, y cuando un poeta siente la música, es que lleva la poesía en la sangre... y José Francisco Romero, influenciado por su poeta de referencia Gustavo Adolfo Béquer, irrumpe como un canto impresionante al amor romántico. La concepción petrarquista del amor -un sufrimiento dichoso- que embarga al poeta y del que no puede librarse, porque estaba predeterminado a consumirse en su fuego. Con su especialísimo prisma de las emociones, nos regala versos que inmediatamente se convierten en la palabra que buscábamos, en la fórmula justa que define el color de esos ojos, el olor exacto de la ausencia, el placer de amar y sentirse correspondido o el conjuro de un “te quiero”. Estamos pues, ante un músico que escribe o un poeta que destila música.

     En su obra literaria el poeta expresa su estado de ánimo, sus vivencias afectivas, sus sentimientos, sus penas o sus alegrías y casi todo, por no decir todo, alrededor del amor, y podemos ver como la poesía de José Francisco destila tristeza, melancolía, desazón, incluso amargura.

      El amor es un tema poético que se convierte en tópico. No hay poeta que no se haya sentido amantado por su semántica. La diferencia estriba en los distintos tratamientos que se les ha dado a través de lírica española. Amor y poesía son dos dualidades. Son dos conceptos que se entrecruzan, separándose. Son un par de lazos engarzados y equidistantes. La poesía amorosa de José Francisco, es un conjunto de chispazos deslumbradores, es una confesión pasional intensamente vivida en contrastes y claroscuros.

        Todo un salto y retirada, todo un actuar y quedarse quieto, todo un impresionante llegar y retirarse. El querer y el renunciar al mismo tiempo. Arde y se apaga, quema sin arder, otra vez vuelve y se va sin venir. Es una humanidad que se disloca, que se abate en el choque con la indiferencia. Los brazos de la amada son la cárcel victoriosa, el desdén, la libertad esclavizada. El poeta nos muestra siempre un amor real. Es un amor de barro y carne, de hombre y tierra, de pellizco y jadeo. Es un amor intermediario que atrae rechazando, que disfruta sufriendo; amor cósmico con aristas, vértices y laterales. No es un artificio, es una vivencia.  Caduco como todo, eterno como nada.

     Por ello su poesía es viva y auténtica con el alma. Es una poesía visceral, caliente y humilde al mismo tiempo. Nuestro poeta se deja inundar por sus propios sentimientos y por las vivencias de quienes le rodean. De ahí que su poesía sea hija de sus desgarros, de sus heridas de amor, de penas o de profundos zarandeos del alma sufriente o gozosa. Es en consecuencia, una poesía que no deja indiferente a nadie, porque nace y brota a borbotones cálidos, humanos, interiorizantes, amorosos y definitivos.

       Leer a este magnífico poeta, es un ejercicio grato y placentero, porque siempre va, a lo largo y ancho de su obra, estableciendo lazos de profundo afecto a través de su palabra y siempre dejándose la piel del alma en cada estrofa, en cada verso.

     Los poemas de José Francisco están construidos, cincelados para dejarse oír, para ser cantados, para ir diciéndolos a la plena luz del día. Pero al mismo tiempo, son versos para meditarlos en el recogimiento interior, para guardarlos en el fondo del alma o para expresarlos en la intimidad de una plegaria.

       Concluyo con un íntimo deseo hecho voto: Abramos de par en par las ventanas del alma, mientras leemos sus poemas. Que esos aires de pureza poética y de profunda y humana espiritualidad, invadan los más recónditos rincones de nuestros espíritus y nos ayuden a saborear el gozo de vivir, tantas veces mustio y agostado por los problemas cotidianos.

      Por lo demás, en cuanto a fuego, llama, fulgor, destello, luz y, en suma, cuanto indica combustión y deslumbramiento, el lector lo encontrará en abundancia en este poemario.

              
      J. Alfonso Villegas 

      Presidente de la Asociación Malagueña de Escritores AME


lunes, 20 de abril de 2020


TRAZAS DE OTOÑO 

José Francisco Romero, hijo nacido en aquella Málaga de la década de los sesenta, aquella Málaga con el olor del  azahar de los naranjos en flor, de la dama de noche…  La Málaga de la biznaga hecha de cardo y flor naciente de blancos jazmines que despiertan en la noche… La Málaga de cielo azul y del viejo mar con horizontes antiguos… La Málaga de nostálgicos y bellos amaneceres, de coloridos atardeceres románticos desde la bahía, de alegres cenacheros pregonando su mercancía… La muy hospitalaria… Majestuoso Gibralfaro…


De familia de escritores y artistas, desde muy joven, casi un niño, José Francisco escribe sus primeros poemas, acude al Conservatorio, la música le llama, largos años que recibe clases de los mejores maestros…solfeo, guitarra clásica, flamenca… Siempre alternando con sus otros estudios y trabajos.

Nunca dejó de suspirar por la cultura, siempre con su guitarra en brazos cosechando canciones… Es en 2014 cuando publica su primer libro de poemas, “Sueños de luna” y posteriormente “Inalcanzable” en 2016 alcanzando sucesivamente varios premios y accésit.


Y es ahora, en  “Trazas de otoño” donde nos encontramos en su lectura inmersos en un precioso puñado de versos salidos del corazón. Palabra Libre, Palabra Medida, Pensamiento… Desde el  nostálgico recuerdo al pensamiento amoroso del ayer y del hoy, desde la lluvia gris a la incipiente primavera, desde el lujurioso deseo al erótico sueño, desde la furtiva mirada a la preciosa sonrisa, desde el temor al nunca más hasta la contundente realidad, desde el amanecer a la noche, desde la más triste soledad a la palabra… La música y la guitarra, “Ahí, estás tú”, la musa, el amor… el amor… el amor…  


José Francisco es así, un hombre familiar e inquieto, noble, llano, lleno de sonrisas, la cara es el espejo del alma, haciendo arte con sus manos rasgando la guitarra, de casta le viene al galgo, José Francisco rebosa alma, amor, coraje y buen hacer… de vez en cuando se emplea en la artesanía de rimas y versos construyendo poemas que con alegre musicalidad nos hace llegar para solaz regocijo.

Lector amigo, en “Trazas de otoño” disfruta de tanto pensamiento como en sus versos recoge el autor, disfruta de sus reflexiones, de sus sentimientos que en algún momento harás tuyos, bebe de su bondad, de sus inquietudes, de sus sueños, de sus esperanzas, de sus reflexiones… Se te hará muy corto el proceso de la lectura.



                                                                       Jacinto Esteban

                                                             Dramaturgo, actor y periodista            


SUEÑOS DE LUNA 

Al igual que la Música, la Poesía es la forma más divina de expresar los sentimientos. Y cuando éstos salen del alma logran construir un clamor que une a hombres y mujeres románticos sin distingo de razas, credos o escuelas, se desbordan como una rápida cascada las palabras dándole un verdadero significado a cada acto de la vida… sea de alegría, de dolor o de tristeza.
En ese constante dilema siempre se ha alzado la voz del poeta, para romper las fuertes cadenas que nos atan a una vida sin esperanza.

Así encontramos en la poesía de José Francisco Romero, cómo uno de los vértices importantes de su poesía, como los sentimientos evidencian un canto de consuelo que revitaliza la ilusión que el Poeta siente que va perdiendo sin saber por qué… y mueve sus alas y de nuevo se levanta expresando estos versos que repite como si quisiera enfatizar sobre su gran deseo de escapar de ese estado interior que quiere llevarlo a la infelicidad.

Sus tristezas, alcanzan a darle fuerza a sus reclamos sin importarle que su voz se pierda en la indiferencia, dejando una marca indeleble en la distancia, porque él ha sido capaz de construir con sus cantos un espacio abierto a los suspiros y cerrado a los llantos. En el fondo aparece otro de los vértices como un trágico reclamo con que el poeta se siente empujado hacia un punto inexplicable donde la vida depende más de lo que dejó de hacer.

Y así, se vislumbra inmediatamente que esas marcas son huellas dejadas en la carne, en la voz, en la búsqueda de un trascender más allá buscando la consecución de la felicidad aunque sea ésta utópica.

Es la soledad otra constante en sus versos. Una soledad que no es más que una forma de catarsis para liberar al corazón de tanta angustia y producir con los deshechos de sus ansias un suspiro balsámico que haga reverdecer el confín de la esperanza.

Sin embargo, es el amor, el que logra consolar esos estados del ser interior… porque es la fuerza que reanima la energía y reactiva la sangre que circula en busca de oxigenar los cantos… y en ese instante brotan los más dicientes y hermoso versos. Se nota un cambio diametral en el estado de ánimo del poeta. Ya la tristeza se supera y da paso a la exaltación del amor llegando hasta contener retazos expresivos del amor.

Sinceramente, no es nada fácil ahondar en la poesía de José Francisco Romero porque su gran capacidad de transitar en el campo de la lirica deja al lector sin aliento, porque sus expresiones plásticas, con el uso de las palabras, al mismo instante, es capaz de abrir muchas vertientes y dejar correr turbulentamente desde sus ínclitas montañas de versos un torrente de voces e imágenes capaces de penetrar en los rincones más recónditos de los espíritus.

Con estos cantos, el poeta, busca mitigar los estados del alma y encontrar la comprensión de aquellos, que al igual que él, han cantado, soñado, llorado y sufrido… pero al leerlos sentirán que, por fin, no están solos, se hallan unidos por La Eterna Armonía que emana del amor.



Pepe Romero
Guitarrista 

POR DECIRTE ALGO...
"El poeta cordobés Pablo García Baena ha argumentado que los creadores de versos tienen que ser "libres" por encima de corrientes o grupos literarios, a los que luego pueden sumarse sin perder "lo personal" de cada uno".
(publicado en el periódico Tribuna de Salamanca 19/04/2017)
Me parece de lo más acertada y oportuna esta afirmación del maestro y me reafirma en mi posición de huir de toda corriente, grupo o asociación que pretenda con sus ideas despersonalizar o desposeer al creador de su individualidad en aras de intereses particulares o de grupo, por muy loable que sea su finalidad, su credo o su interés social y por muy 'relevantes' que sean o crean ser sus propulsores.
La creación poética ha de nacer de la libertad más absoluta y no tiene por qué verse sujeta a nada ni a nadie para tener toda la actualidad, frescura e interés social per sé.
Aún a riesgo de ser recurrente en mis argumentaciones, el mismísimo Bécquer escribió sus versos dentro de un estilo de lo más 'romántico', cuando este movimiento dejaba de estar en vigencia y cuando muchos de los escritores coetáneos se posicionaban en el 'realismo'. No hay más que ver el calado que tuvo, tiene y tendrá este escritor a pesar de muchos que lo desdoran.
Por eso escribe, lo que quieras, lo que llene tu alma, lo que te haga volar al universo sin atadura alguna; no te importe lo que piensen, digan, quieran o deseen otros. Tu creación es lo importante si a ti te importa porque...
'Quien está convencido de su 'sonido',
sea cual fuere, no necesita un auditorio exigente
ni multitudinario para saber que su 'melodía' es buena.
En esto estriba la verdadera felicidad
y el menos pretensioso termina
por encontrarla más fácilmente'.
(Trazas de Otoño 2019)

  Y LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON...                                                                                                               ...